He besado mi tierra sin remilgos,
colocados abrazos donde me los han
pedido
regalado flores y cartas, desprecios
hay cines en mi historia, libros y
quejas
sé del elixir de una buena copa y un
mezcal barato
la soledad la integro y desintegro a
mi antojo
tengo buenos amigos y también conocí
el odio
la repugnancia, el asco, la
desolación
y nada me impide detener mi paso para
ver una ola
saborear un colibrí,
Mis batallas no han sido perdidas del
todo.
Se de amor y desamor,
de intensas noches y mediocres, he
vivido toda tipo de lunas
menguantes, llenas y vacías...
sola o acompañada
doy bienvenidas como despedidas a los
míos,
puedo decir "adios", aunque
nadie se vaya
aunque todos se queden...
palabreo "te quieros" y
también "te extraños"
Lo perdido, fue ganado
según el cristal exitosa o fracasada
y no me importan demasiado los
diretes
los anteojos con que me miran
empañados, claros, rotos, sucios.
la que percibes , esa soy.
ligera transparencia
ligera benevolencia
nostálgica a veces ¿ y qué?
hago muchas cosas a medias,
amo, con la mente o cuerpo
según lo requiere el otro
no olvido, no olvido nada.
no olvido nunca.
¿quién no se equivoca?
todos los días tengo errores de
colores
soy una poca cosa con alta
autoestima,
soy poeta y mujer
soy madre y mujer
soy mujer
soy una mujer cualquiera
en un mundo cualquiera.
Mis batallas perdidas no han sido
perdidas del todo.
María Cayo
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