Finitud

 


Finitud

 

Parecía que no tenía fin o principio

cada palabra nombrada en el aire

tenía el color de lo infinito, el aroma.

 

Un beso era el único silencio perdurable,

que caía derramado de miel,  rocío…

mi sueño no tenía una silla dónde sentarse

y elegía sus piernas desnudas de tela.

 

Me arrojé con fuerza al autoengaño

y reuní emociones efímeras por tamaño

de un hilo azul, pendía nuestro enlace

delgado y lejano como el filo del horizonte.

 

No había nadie a quien pedir agua,

el imposible, llegó como otoño asustado

con el feroz anuncio de la consumación de algo

y la finitud, se sintió en el aire violento

la lámpara, tímida de luces, huía a otro lugar

-no me dejes sin tu voz, de cielos interminables-

deja que la aurora, se vista de tu eterna calma.


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