Cierro los ojos en
tu océano, perfume de mar
te usurpo como sirena
desnuda, ofreciéndote mi cabello mojado
mi carne cansada y suicida
en el sueño más bello
en la caricia más tenue y suave,
surco tus algas con las manos, te busco
busco tu otro rostro de oscuros infinitos
donde el sol no entra,
quiero ser buzo, manosear tu liquidez
penetrar los besos húmedos imaginados
me sumerjo en un momento seducido
verte venir como ola adentro, como ola que toca con fuerza
y voy cayendo, como pez, como coral, como pelícano
me absorbes y alimentas la sed,
la sed de bucearte y encontrar tesoro alguno
te acaricio como piedra preciosa,
iluminada, llego al límite...donde siempre me ahogas,
y comenzamos a mezclarnos
en el baile del silencio, de las ondas tibias
mojándome toda, una deliciosa excitación
y me pierdo, busco aire, entre la asfixia y las ganas.
Súbitamente despierto, al límite de la arena,
recobro los cinco sentidos en tus olas, en tu infinito
Toco, huelo, escucho, hablo a mi soledad
favorecida con mirarte: distante, majestuoso, profundo
...recordé que no sé nadar.
El sol nos mira lejanos y absortos,
cerca uno de otro, cada uno en su lugar
solos y cada uno en su lugar.
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