Hombre vacío



Desde muy lejos lo miré,
parecía uno de tantos fantasmas
y se acercó lentamente
como el animal a su presa.

Caminaba deshabitado,
estéril, con su camisa negra,
un hombre que trajo el viento,
un hombre desierto y triste.

Me examinó como a una flor
o uno de sus libros,
en cada pétalo, cada página
sentía como trueno su silencio
sin embargo, me leyó la mirada.

Le escribí un poema suave
que llenó una espacio pequeño
en algún lugar de su alma
no, no tenía alma, quizá del cuerpo.

Su soledad y mis ganas
se acariciaron una noche
era un tipo de amor que no era amor
apenas una cita eclipsada
de solitarios miserables.

Desde muy lejos lo miré,
parecía uno de tantos fantasmas
y se alejó lentamente
como aquél que se roba mi calma.




María.