Yo quiero ser
llovizna
para caer sobre tus hombros y rostro
en plenitud sobrada de nubes.
Lluviame una noche
en medio de tu casa,
aparezcamos en un relámpago
de silencios.
y después,
evaporemos el recuerdo
para que no me extrañes.
Toca la gota que cae en tus ventanas
soy yo, siendo instante entre tus dedos.
María Cayo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario