Mis pliegues en tu
boca,
obstinado precipicio
en tu discurso corporal
Si fuera árbol
¿penetrabas la palabra a mi raíz?
deshójame antes, viento.
Manos de verbo irregular
conjugándome el cuerpo
para que hoy, sea mañana.
Húmedos labios
de un silencio de guerra
ocultando el suspiro
en el jadeo...
Y la nada me despierta a medio sueño.
María Cayo.
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