Poeta
Cuando escarbas la tierra,
se te enfrían las manos
hablas y enmudeces
en el epitafio desavenido.
Pareces animal
reptil de lengua larga
iderrumbable, pero herido
sin alas ni patas.
eres uno, otro o ninguno
vives para morir, muriendo antes
odias el mundo cierto, te ofuscas
en las cosas menos verdes,
escondido, oculto, observas.
Te guardas helado, álgido
palideces con el sueño
y escribes, escribes, escribes
miras al cielo, lo escrito
como a un milagro no resuelto.
María Cayo
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