Otro
tú
Era tu reflejo de agua,
su voz, murmura la misma palabra
y la longitud de sus brazos,
me recordaba, que cabía en ti.
No eras tú, ni él
Fueron ambos. Todos.
invitados al ritual existente
de ceremonias temporales,
de mieles, plumas y olvido
tradición de quimera individual.
En su rostro, encontraba tus ojos,
más no tu forma de mirar,
ni tu universo, ni tu luz.
No eras tú, ni otro
eran los ningunos de ayer,
los rotos y fragmentados humanos
que desgarrados, inciertos o felices,
los corto según mi nostalgia
con la misma tijera.
María Cayo.
Oct 2019
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