Miro extasiada la lluvia, la que no me moja, y
sin embargo me humedece. Espero con morbo y ansiedad la guerra de nubes
golpeándose entre sí, exprimiéndose todas, en segundo plano llega mi
obstinación por la primera gota que cae sobre el vidro, el mi cuadrada y vieja
ventana: como lágrima en la pupila, como metáfora de poema, como un ritual del
cielo...comienza a estirarse ante mi vista, eterna, pequeña y clara, como si nada le importara, ese alargamiento
rompe como ola el origen de su forma, como si una enorme opresión le calara en
el centro, y nada importa, tiembla y vibra, corre hacia abajo, hacia donde
estamos los tristes, los nostálgicos y yo la espero impaciente como si fuera un
diminuto orgasmo visual, no tiene memoria, cae la gota altiva, majestuosa, y
orgullosa, sabe que me hace falta su agua y mis ojos la observan como esperar
el beso de una pareja que se espía, que toca su cuerpo entre la penumbra de
calle, mi respiración tranquila y oculta, discreta..shhh! no hablo para no
interrumpir el prodigio, para no hacer trizas la tarde desnuda, asesina de luz,
no escucho las voces de fantasmas en mi casa tan vacía, yo asisto y espero la
burbuja pálida, que camina ciega, lento, en un camino que hace, gota loca, gota
tonta, gota con pánico encerrada en sus propios miedos, gota enjoyada y fina,
con un blues de fondo, me refleja, me mira igual, me acosa. De repente, como un
grito de un coro celestial, cae...escrupulosamente resbala y lloramos juntas.
¿para
qué me hace falta hablar, si son mis temblores los que te dicen mis silencios?
¿para que decir media palabra y lastimar el momento en que generosamente te
entregas en un beso? no quiero decir n ¿para qué me hace falta hablar, si son
mis temblores los que te dicen mis silencios? ¿para que decir media palabra y
lastimar el momento en que generosamente te entregas en un beso? no quiero
decir nada, no hace falta decir nada, porque no hay nada...y me das todo, no
hace falta decir nada, porque no hay nada...y me das todo.
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