He roto los moldes

 

He roto los moldes

 

No soy la muñeca fitness,

ni que usa altos los zapatos

puedo dormir hasta mañana

y llegar tarde a todos lados.

 

A veces, hubiera preferido

nacer débil y cínica, extraña

entregar menos al acostarme,

mirar mi ventana desde enfrente,

y platicar con el vecino, de nada,

sentir mi ausencia, en la acera.

 

Hay días como aquéllos y éstos

donde el paraíso prometido,

es mi café casi frío y amargo,

ya no soy la nena que encanta

y que ríe al que no quiere,

no regalo caricias a la pared,

he caminado tanto mar,

y las olas siempre esperan,

en el mismo lugar, con otra sal.

 

He roto todos los moldes,

para habitar mi cuerpo y rostro

con lo que me queda a medias,

y hacer fiesta cuando leo y canto

desanudarme la trenza de pasados

enardecer de historias simples,

cada página vivida, cada gato,

sin nada por hacer, sólo ser

mango, flor, mujer y vida.

 

María Cayo




 

 

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