Noctámbulos,
cobijaditos de silencio
descanso de mirarte
y apago tu imagen un instante
Tus ojos se asoman,
acaricias mi nariz
y el reflejo de la ventana
te dibuja cuadros en la cara.
Luego duermes,
y tu media sonrisa
es mi destino del día.
Te robo tu descanso
y como en bocados pequeños
lo que imagino que sueñas,
porque soy tu almohada,
y eres mi sábana.
Como carta de tarot, te leo
te adivino, eres mi destino
y en mi noche oscura del alma,
siempre hay un etcétera en tu luz.
María Cayo
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