Un día te irás
para ello, reservo una hoja en blanco
en la que te hare poema,
la besaré por las noches,
por aquello de tu ausencia.
Cuando nada nos quede
para leernos a los ojos
guardare tu libro, al caer la tarde
sin terminar el prólogo
esperando el preámbulo
Me bastará tu susurro
emanado de tus páginas
aroma bendito de tu nombre…
Sola
tocare tus palabras a deshoras,
cuando tu no me conozcas
y me guardare en tu verso
callada
con la emoción en la mano
para cambiarte de página
y amándote tanto.
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