No es la palabra

 

No es la palabra, ni su cara
es la manera en que ambas se unían
para enmudecerlo todo en un beso
es la posesión de su hombro
sobre mundos tan errados.

extraño amiga mía
la fragancia en su mirada
el nudo en la garganta
las discusiones estúpidas
la prohibición que lo evoca
más que nada, más que todo
necesito la sonrisa
cuyo aliento,
me daba la vida, tan a diario.

María Cayo


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