Abrázame
Sin historias previas
ni tristeza postergada,
Rodéame con tus ramas y hojas
cúbreme de verdes la lividez del rostro
hazme un abrazo pequeño, sin idea
que nada resbale en tu pensar.
Bendíceme en silencios
la espalda, los hombros y el cabello
prometo no hablar ni llorar,
y cuando surjan tus ojos cerrados,
abrázame de nuevo.
María Cayo
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