Tengo un cuerpo,
posee cierta entidad intangible
y en el fondo de mis pieles,
suena mi nombre con tu voz
llena mis silencios y océanos
sin ninguna palabra suave.
Tengo un cuerpo besado
y carga en la espalda tu saliva
como un líquido evaporado ,
tatuaje que arde sin caricia…
Las manos metidas en la arena,
miran el tiempo,
deslizándose entre mis dedos
cual mar embravecido
y tu música que me sigue a todos lados,
danzando con la vida, con las olas
un canto tan triste.
María Cayo